Cuenca bike trip

Un viaje que Luis llevaba en mente desde hace tiempo; La Serranía de Cuenca en bicicleta. Y por fin llegó el día en el que Vero y Luis realizaron este viaje con la grata compañía de Ara, la perrilla de Colorfulsmiles, y Raúl, el hermano de Luis.

Para no perder la costumbre, el día de antes los preparativos se alargaron hasta altas horas de la madrugada, pero el trabajo en equipo hizo que pudiéramos dormir… 1 hora. La Semana Santa son unas fechas en las que el clima puede pasar de un día soleado y caluroso a otro nevado en un abrir y cerrar de ojos. Hay que ir y disfrutar de lo que la naturaleza te brinde!!!

El recorrido planificado nos llevaba 6 días por la Serranía de Cuenca en recorrido circular desde el Norte de la misma, hasta Cuenca, ciclando junto a los primeros pasos del Tajo, viendo el nacimeinto del río Cuervo, la Ciudad Encantada, Cuenca ciudad, y otro sin fin de parajes increibles que nos guardan estas tierras.

Dejamos el coche en Checa, pueblo cercano al limite provincial con Aragón, desde donde comenzamos a ver lo que es ciclar en Cuenca; un sin fin de subidas y bajadas, a cual de mayor pendiente. Pero la ilusión por descubir, el bonito día y la compañía nos hacen olvidarnos de lo despacio que vamos subiendo estas cuestas.

Al día siguiente ciclamos junto al Tajo, y con él llegó una lluvia que poco a poco…. aumentaba en intensidad y no cesaría hasta el día siguiente. Subimos un puerto de fuertes rampas y nos lanzamos a abandonar el asfalto y ciclar por pistas forestales. Pero los caminos habían superado el estado de barro a fango y era como ciclar sobre una esponja colmada de agua. Conforme pasaba el día, la lluvia iba calando y el frío húmedo hacía presencia en nuestros pies.

Pero ver la emoción y la alegría que genera esta situación en Ara hace que las veas de otra manera. Al ver a Ara, un perro, disfrutar del agua, los charcos, el barro y los palos sin importar el agua de lluvia que te moja y el barro que te ensucia vives esta situación lejos de la impotencia y el sufrimiento, esbozando una sonrisa lleno de alegría por estar ahí.

Avanzas y avanzas con la ilusión de encontrar una cabaña donde descansar, rezas lo que sabes y… apareció!!!! sólo se oían gritos de alegría por esa bonita cabaña donde pasamos una noche divertida .

INTENTAR HACER UN FUEGO Y NO CONSEGUIRLO…NO TIENE PRECIO

Y es que según la gente de allí debían de llevar 10 días sin parar de llover, los tronquitos se doblaban de lo empapados que estaban y al día siguiente nos pusimos las zapatillas mojadas sobre nuestros entumecidos piececitos.

Ante un pronóstico del tiempo nada bueno decidimos acortar la ruta ya que de intentar seguir con lo previsto podía hacerse muy dura en tales condiciones. Así pues trazamos un recorrido exclusivo por pistas forestales para que Ara corriera libremente. Entre charcos y barrizales fuimos avanzando por lugares increibles. Bosques de pinos y prados verdes inundaban nuestras retinas.

Pasamos sobre el nacimiento del río Cuervo, el agua discurre por doquier, a pocos kilómetros descubrimos el nacimiento del río Jucar, y es que a cada pedalada descubríamos naturaleza, verde, agua cristalina ¿Qué mas se puede pedir? bueno, pues un poquito de sol jejeje que no viene mal para calentar los pies.  :)

El sol hizo presencia cuando pensamos en echar la tienda regalándonos unas horas de luz que nos dejó disfrutar del lugar donde pasamos la noche. Comidita caliente y buena, buena compañía, una perra loca corriendo por el monte y unas partiditas a las cartas…así uno duerme a pierna suelta oye!!

Pasamos muy buena noche y al levantar pensamos que ése fuera nuestro último día de pedaleo en Cuenca. El día parece que aguanta sin llover y decidimos ir a ver la ciudad de Cuenca a la vuelta a casa en coche.

No hay mejor manera de despedirse de un viaje como este que preparando el siguiente!!!