Nuestras alforjas hicieron una estrecha amistad con las tierras de las provincia de Soria en el año 2010 en el que Luis se adentró durante las fiestas de Semana Santa. Desde Zaragoza y camino de Cariñena comienzan las pedaladas de este viaje donde la provincia de Zaragoza nos despide con un trayecto lleno de encanto; Puerto de Codos, Valle del Río Grío, El Frasno y Aranda del Moncayo. Un primer día de aproximación que hace brillar los ojos, asombrados de lo que ven.
En este viaje pudimos ver el Cañón del Río Lobos y las proximidades de la localidad de San Leonardo de Llagüe. Es esta localidad la que marcó nuestras alforjas y a la que elegimos en 2015 como campamento base para realizar un nuevo viaje que es lo que venimos a contar en realidad.
En esta ocasión los viajeros son Dani, Raúl y Luis que en las vacaciones de Semana Santa del 2015 aprovechan para visitar la Provincia de Soria desde San Leonardo de Llagüe hasta la Sierra de la Demanda. En esta ocasión Soria nos regaló unos días de primavera donde el sol y el buen tiempo fueron predominantes en compensación del viaje invernal que tuvimos 5 años antes.
Dejamos la furgoneta en el pueblo y en dirección Norte comenzamos a pedalear adentrándonos en un bosque de pinos que, junto con el sol y el perfecto estado de las pistas para ciclar, hicieron del trayecto un paseo.
Nos fuimos abriendo camino de pista en pista, lejos de los coches y de las cuestas imposibles. Pero no todo fueron alegrías, hubo momentos difíciles donde el camino era usado sólo por el ganado, por donde las gentes de los pueblos dudaban de aconsejarnos, esos tramos duros que completan la aventura llegando a lugares hermosos, con vistas de ensueño. Momentos endulzados con la buena compañía que, entre risa y risa, conseguía llevarnos hasta el objetivo.
El contacto con la naturaleza fue muy intenso, al final de la tarde montábamos nuestro campamento dentro de las arboledas, junto a riachuelos donde asearnos y repostar agua. Junto a nuestra tienda siempre había un fuego que nos hacía la velada más confortable y que nos regalaba esos instantes donde dejas de pensar mientras, embobados, miramos las llamas.
a mitad de viaje tenemos que renunciar a ver la Sierra de la Demanda, pero ni mucho menos apenados, queremos que los días que quedan sean como hasta ahora disfrutando de los lugares por lo que pasemos.
Llegamos al que quizás será el punto que más recordamos de todo el viaje, las Lagunas de Neila. Una dura subida a final de jornada no nos anima nada a llegar arriba pero, tras descansar en un bonito lugar, seguimos la subida. Subida que nos asombra con un nevero, y otro, y otro,… hasta que el asfalto deja de verse y los coches ya no llegan.
Seguimos subiendo, lo estamos pasando bien. A veces pedalenado, a veces empujando, y a veces hacia atrás. Entre risas llegamos a los lagos de más arriba, sonrientes y encantados con la subida. Pero lo bueno no ha acabado, ahora hay que bajar. Pedaleando, usando los pies como esquis o buscando la manera de frenar vamos bajando como si de tres niños alocados se tratara. Llegamos sanos y salvos hasta el asfalto que durante una decena de kilómetros nos conduciría en un precioso descenso hasta el valle.
Se nos acaba el tiempo!! Estamos animados, con fuerzas y queremos seguir disfrutando!! En la última jornada nos animamos con la opción larga y complicada en cada cruce, como si no quisiéramos abandonar este lugar.
Terminamos el viaje casi como lo empezamos; en San Leonardo de Llagüe, con buen tiempo, pero con más ganas de empezar la siguiente aventura!!!