Bicicleteando por el Lago Baikal!! :D

Por fin escribimos el post sobre nuestra experiencia en el hielo!!

A mí me gustaría poder contároslo con acentos y con un poco más de perspectiva temporal, que es el momento en el que eres capaz de ver lo que realmente has hecho, pero no puedo esperar más que se me van a olvidar las cosas!!

Cuando empezamos este viaje, lo hicimos sabiendo lo duras que son las condiciones; son el precio a pagar por decirlo de algún modo, por todo aquello que la naturaleza te aporta.

Luis ya os puso un poco al día desde el hotel de lujo de Kotelnikovski en el caímos sin quererlo y sin saberlo; es lo que tiene no conocer el idioma y no poder entenderte.

Lo cierto es que hasta allí habíamos encontrado bastante nieve sobre el hielo, pero a partir de ahí, quizá por el viento, el manto desapareció y comenzamos a ciclar sobre una cristalina capa de hielo que te dejaba ver tanto las continuas grietas como algún que otro pececito bajo tus pies. No vimos focas, no sé dónde estarán…

La sensación de ciclar sobre el hielo es bastante molona e impresionante. A veces se te para el corazón porque las capas y bloques de hielo que están en el agua bajo la capa de 30cm sobre la que ciclamos, están constantemente chocando y moviéndose, lo que produce un sonido debajo tuyo muy parecido al del trueno de una tormenta. Al principio nos asustábamos bastante, especialmente cuando el choque produce una grieta en la superficie que puedes ver ante ti o sentir bajo la rueda. Estas grietas tienen como uno o dos cm de anchura por lo que no son peligrosas en absoluto, pero impresiona. Hay otro tipo de grietas, las que alcanzan los 50 cm o más, Luis metió la rueda en una de éstas puesto que como parece que sea hielo firme, no te das cuenta de lo reciente que es hasta que la fina capa no cruje y se rompe y sale el agua a borbotones. Para la ocasión, crucé mi bici al otro lado y le fui a ayudar a sacar la suya atorada en la grieta, con la suerte habitual que me caracteriza, y así capucé yo también. Como llevamos toda la ropa impermeable no pasa nada, y aunque metí una pierna hasta la rodilla al instante el agua se congela y te puedes sacudir.

Sobre las fotos y los vídeos; hemos intentado fotografiar y grabar cuanto hemos podido, pero las cámaras han de ir en bolsa, dentro de en un bolsillo interior…y aun así las baterías muuuchas veces te abandonan, de modo que no podemos enseñaros cuanto nos gustaría, y sobre todo queda el recuerdo de las bonitas impresiones, pero los malos momentos, las ventiscas y los tornados de nieve por el lago, es algo que no podemos mostrar. Bastante hacemos con parar, bajar la cabeza, sujetar la bici y cuando amaina tirar sin congelarnos en el intento jeje.

Uno de esos días un poco menos afable, con bastante viento y frío, que veníamos además de pasar una noche fresquita en la tienda de campaña, decidimos, al ver una caseta, ir a preguntar que si podíamos dormir cerca de allí. Era un lugar que parecía un sitio de trabajo, y coches 4×4 iban y venían de vez en cuando (la aproximación al sitio nos pudo costar casi una hora empujando la bici con un viento elegante). Cuando por fin alcanzamos el lugar, dos hombres que estaban el la orilla del lago se acercaron y nos dijeron que no había mucho alrededor pero que podíamos dormir allí si queríamos. Resulta que el sitio era como un punto de encuentro de pescadores, donde una vez hecha la faena comen, se dan un baño típico de aquí (es como una sauna-baño), y se habían construído una casa de madera que parecía relativamente nueva con un saloncito y sitio para dormir calentito con dos camas. A parte de esa casita, estaba la casita del guarda que era donde se cocinaba y donde ahí el hombre tenía otro camastro,en este caso la caseta estaba prácticamente anclada en un montículo sobre el lago. El guarda fue el hombre con el que precisamente compartimos la tarde porque pescadores ya no vinieron ni se fueron más que los que se marchaban cuando llegábamos nosotros. Ese hombre grandullón que podéis ver en las fotos tenía tantos kilos como corazón. Nos dió para que cocinásemos una especie de pasta con almondiguillas de carne en su interior que a Luis le chiflan, nos preparó el baño (aquí todo funciona con mucha leña), y nos ofreció de la comida que él se había llevado para sus 10 días de estancia allí. El librito que llevamos como guía de ruso-español le pareció muy gracioso y se pasó leyéndolo bastante tiempo, Luis le enseñó a jugar al póker y lo pilló a la primera, y a la mañana siguiente nos dió un pan, paté y un gran trozo de embutido ahumado que a Luis le encanta y ahora anda buscando por ahí algo que sea similar porque ya se le termina. En el lugar había una perra que acababa de tener 7 cachorritos más majicooos… y también había otro perro más super cariñoso.

Con mucha pena al día siguiente nos despedimos de ese hombre tan bonachón y de los perricos, que aquí aunque tienen pinta de perros lobillos son super buenos y en seguida se te abrazan y te juegan y se quedan en la puerta esperando a que salgas y les des algún mimico más. Aquí hace mucho frío con que supongo que cualquier caricia les sabrá 200 veces más buena que a un perrico playero.

Volviendo al viaje, que os puedo decir, que cuando el hielo está limpio da gusto tirar millas, y a veces está tan resbaladizo que ni con los clavos de la bici puedes evitar resbalar y derrapar, especialmente cuando vas a frenar. En alguna ocasión con mucho viento, nos hemos caído de lado, como si hubiésemos tumbado demasiado jeje pero aunque el hielo está duro apenas un dolor de cuello por un par de días han sido las consecuencias.

Constantemente hay que bajarse de la bici por encontrarte atorado en la nieve o por tener que atravesar unos bloques de hielo, pero cuando brilla el sol, todo se lleva bastante bastante bien.

Hemos estado viendo paisajes increíbles que nuestras retinas espero conserven de por vida!!

Un día hacía tal viento que era imposible ciclar, el aire se lo llevaba todo, y nos quedamos en una casita de una estación metereológica, con un hogar y mucha leña para calentar la casa.

Aprendemos de cómo vive la gente de aquí, son bastante humildes, y te dan todo lo que tienen. A veces gente de las ciudades nos cuenta que la gente de Rusia ayuda especialmente a los extranjeros si bien no tanto a los locales. De cualquier manera, aprendemos de su humildad y su buena voluntad. Teníais que ver el esfuerzo que ponen en hacerse entender en ruso cuando hablan con nosotros, a veces hablan lento, otras veces lo intentan chillando…De cualquier modo, no solemos entenderles, y uf a veces el ruso parece ser el idioma mas difícil del mundo!! Ya nos tocará sufrir en China ya…jejejje

En un par de ocasiones, unas furgonetas nos cogieron y nos llevaron por unos cuantos kilómetros hasta el lugar donde iban esas personas, y podréis ver algún vídeo que Luis grabó disimuladamente de la situación.

Podéis preguntar cosas que yo no caiga en contaros o cualquier cosa que querríais saber sobre el viaje o…

Para lo que queráis, siempre que haya Internet aquí estamos para responderlo. Si no, a la vuelta os lo contaremos jeje gracias a todos por seguir al pie del cañón!!